Y tu, ¿temes que lo gay se te note?

Hay algo muy común que sucede cuando se es gay, particularmente cuando empiezas el proceso de explorar y aceptar tu orientación sexual y no sabes cómo relacionarte con el mundo, o que esperar de la gente; es esa sensación de que tu sexualidad distinta es tremendamente notoria, que cada persona que te mira lo puede percibir y que, consecuentemente, adopta una actitud negativa hacia ti. A veces pasa que sales a la calle y sientes en ti las miradas de todo el mundo porque eres gay, desde el vendedor de revistas en su local, hasta la señora que está cruzando la calle en el semáforo. Y lo cierto es que nadie te pela ni te juzga, ni se han enterado que estás pasando por ahí, pero tu mantienes esa sensación como tu nube personal de tormenta.

La cosa se agrava cuando tienes que interactuar con alguien: digamos el cajero del banco, la encargada de una tienda o los compañeros del trabajo, mientras una pequeña vocecita te dice que se están dando cuenta, porque “se te nota” que eres gay. Entonces tu comportamiento se vuelve raro frente a ellos, se hace defensivo, cauteloso, reservado, y ellos reaccionan a esa conducta rara con la que los tratas, efectivamente tratándote distinto a su vez; esta reacción de ellos hacia ti confirma, como en un círculo vicioso, que todas tus eran correctas: se te nota a leguas y le chocas a la gente porque eres homosexual. Así, mientras ves “moros con tranchete”, como diría mi abuela, te dejas envolver por una confusa secuencia de malas interpretaciones, donde tu miedo genera en la gente conductas que te hacen creer que saben de tu orientación sexual. Esto le ha pasado, prácticamente a toda persona gay alguna vez en su vida, pero aunque hay unas pocas personas a quienes les sucede esto todo el tiempo.