A mayor miedo, menor empatía

Incitar al miedo es muy sencillo, tenemos de hecho, un órgano especializado en generar el miedo y alimentarlo en el centro de nuestro Sistema Límbico: la amígdala.

Cuando el miedo es desproporcionado, nuestra capacidad para sentir empatía se reduce, se nos dificulta tomar decisiones de manera estratégica, nos volvemos evidentemente mas defensivas o defensivos, y somos, en la mayoría de los casos, infinitamente más manipulables.

En este instante hay alguien por ahí a quien le gustaría que sintieras miedo, mucho miedo para obtener de ti lo que de otra manera no tendrías la disposición de dar. ¿Quién?, pregúntate quien te ha hecho sentir directa o indirectamente alguna amenaza...

¿Quién quiere que sientas miedo?, no importa. Puede ser tu pareja que ha amenazado con dejarte, o un grupo político que atenta contra tu estilo de vida, lo realmente importante es qué demandas tu de tus propias emociones y si estas dispuesto a delegar la autonomía que tienes sobre ellas.


Lado moral de la enfermedad

La voz de Susan Sontag aun es acertada: tenemos una opinión primitiva y muy generalizada acerca de la enfermedad... ¿qué significa estar enfermo?

Cuando alguien nos dice que tiene gripa, lo que solemos contestar es: ...ya ves!, por no usar chamarra ...ándale, pero no tomas vitamina C ...ah!, pero te las tomas frías

Cuando sabemos que alguien le dio cáncer, lo que pensamos: ...es que es bien corajudo ...eso pasa por guardarse los rencores

En nuestra época actual, arrancando de lleno en el s. XXI, para nosotros la enfermedad todavía significa un castigo, y por ende, en muchos casos estar enfermo no solamente tiene una implicación fisiológica, sino también moral... moralista.