El Principito, Lado B

Me pregunto quién le enseñó al Principito a amar. Quién le dijo que amor implicaba encerrar a su Rosa bajo un cristal y no dejarla salir jamás. No la encerraba, la protegía, dijo... pero él siempre supo que ella tenía sus espinas para defenderse. ¿No sería que la encerraba para protegerse él mismo del albedrío de su Rosa?

¿Cómo saber si la seguiría amando si la hubiese dejado convertirse en un Rosal?, uno majestuoso y florido. ¿Cómo saber si la hubiera amado más? Se sentía orgulloso de su pequeña y delicada Rosa. De haber tenido amigos, habría sabido que nadie más poseía nada igual...

Porque el Principito poseía a su Rosa, así la amaba: poseyéndola. Mientras mas pequeña y delicada era ella, más fuerte y protector se sentía él; el Principito que no le interesaba ser más que un simple niño, se sentía fuerte gracias a su domesticada flor.


Autoestima

Autoestima es el valor que te atribuyes a ti misma o a ti mismo, proviene de tu autoconcepto; si este último no está chido, tu autoestima va a andar bastante flaca. El autoconcepto a su vez, surge de tu autocrítica, ¿eres muy critico o critica contigo?, ¿habitúas descalificarte? ...y finalmente, tu autocrítica se alimenta cotidianamente de las autoevaluaciones que haces de ti en los momentos significativos.

Así que si notas que tu autoestima anda cacheteando la banqueta, date un momento para detectar en que auto reside el problema:

🚗 Estima: puede que tu problema sea superficial y simplemente en este momento no estés del todo a gusto contigo, posiblemente andes tomando un medicamento que te bajonea, consumiste alguna droga (como tachas o el alcohol) o andas durmiendo mal. Muchas veces decae nuestra autoestima por una simple mala alimentación.