El arte de fluir

¿Te ha pasado que te abocas tanto haciendo algo que te gusta, que el tiempo pasa sin que te des cuenta?, y podría haber un terremoto o una guerra civil y no te enteras... y te choca que te interrumpan, y todo lo que te perturbaba al inicio se te olvida para dejarte concentrar en eso que estás haciendo... ¿si lo identificas?, pues fíjate que a eso se le llama estado de flujo.

Para la psicología cotidiana, entrar en flujo es una condición más que deseable, porque tu mente se libera de emociones tóxicas que de otra manera no podrías hacer a un lado... ya sabes: algo como un enojo desbordado, una profunda tristeza, alguna incertidumbre hacia lo que está por venir, o etcétera.

Hay quienes entran en flujo platicando sabroso con alguien, y las horas se les van en un santiamén, otros cuidan de sus bonsais o pintan con acuarelas. Puedes alcanzar el estado de flujo leyendo algo interesante, entrenando en el gym, coloreando mandalas, bailando, jugando videojuegos, tocando música, conociendo lugares nuevos.

La cosa es hacer una actividad que haga match con tus intereses y que te rete, pero que su nivel de dificultad esté del calibre de tus habilidades y a la vez que te importe más hacerlo, que lo que obtienes con ello.


Esta desconexión del mundo que tan sospechosamente se parece a un estado light de trance, es lo que en otros contextos le llaman "Pasión"; y es muy real, porque lo que te apasiona no reside en las cosas que te interesan, sino en cómo abordas eso intereses.

¿Cómo?, pues para facilitar el estado de flujo dedícate un rato a algo que te guste lo suficiente, pero solamente a eso, sin distracciones (apagas el celular, por ejemplo). Algo que sepas hacer bien y que te guste y que vayas cada vez haciéndolo mejor. Conseguir entrar en flujo es más probable si eso que haces implica cierto nivel de creatividad y solución de dilemas.

Cultivar cotidianamente el estado de flujo mantiene tus emociones equilibradas, tu mente receptiva y tu creatividad despierta, alimenta tu autoestima y te genera bienestar al llevarte "de vuelta a tu centro", lo que sea que eso signifique.

Vamos, que el señor Miyagi no andaba tan perdido," con su famoso: "wax in, wax off". Para entrar en flujo no necesitas ponerte a hacer origamis o ikebanas, basta con que frecuentes esos intereses que por el ajetreo de todos los días, posiblemente no cultivas.